Los reyes don Felipe y doña Letizia han regresado a Valencia para preocuparse por las víctimas de la DANA

Los reyes Felipe y Letizia han vuelto a Valencia en un gesto de apoyo a los afectados por la reciente DANA. La visita, que incluyó paradas en Chiva, Utiel y Letur, ha estado marcada por un inesperado recibimiento lleno de cariño.

Esta cálida acogida contrasta radicalmente con su primera visita a la zona, que estuvo cargada de tensión y rechazo.

Ahora ha sucedido algo que nunca hubieran imaginado: la actitud del pueblo ha cambiado. En un primer momento, les tiraron barro, pero ahora hay gente que se ha acercado a abrazar a Felipe VI.

Felipe VI y una mujer se abrazan en una calle frente a un edificio.

Felipe VI ha estado muy cercanoDesde que se conoció su regreso a Valencia, las expectativas no dejaron de crecer. La agenda oficial confirmaba que los monarcas visitarían algunas de las localidades más afectadas por las inundaciones.

Ni Felipe ni Letizia esperaban lo que ha pasado: les han recibido con los brazos abiertos. En su primera visita, que tuvo lugar en Paiporta, les lanzaron barro, pero nada queda de este escándalo.

El recuerdo de aquella visita inicial a Paiporta sigue vivo en la memoria de Letizia. Los gritos, las piedras y el barro que lanzaron algunos vecinos marcaron un episodio incómodo.

Fue un momento de máxima tensión que dejó huella tanto en los monarcas como en la percepción pública de su papel.

Felipe y Letizia son bien recibidos en Valencia

La jornada de hoy, sin embargo, ha sido radicalmente distinta. Desde el inicio de su recorrido en Chiva, los reyes fueron recibidos con aplausos y muestras de afecto. Muchos vecinos se acercaron para transmitir sus preocupaciones y agradecer su visita.

Letizia, visiblemente emocionada, agradeció el cariño del público en varias ocasiones. Felipe, por su parte, se ha mostrado cercano y atento, dedicando tiempo a escuchar a cada persona que se acercaba.

Este cambio en la actitud de los valencianos ha sorprendido incluso a los propios monarcas.

La visita de Felipe y Letizia ha sido simbólica y práctica. En Chiva recorrieron el Ayuntamiento y hablaron con autoridades locales sobre las tareas de reconstrucción.

Posteriormente, visitaron el popular barranco del Poyo, epicentro de la devastación durante la riada.

Felipe VI sonriente saluda a una multitud mientras varias personas toman fotos con sus teléfonos móviles.

Valencia ha recibido a los reyes entre aplausos

Ambos mostraron interés por los esfuerzos comunitarios, como la construcción de una pasarela improvisada por los propios vecinos. Este gesto simboliza la resiliencia y unión de la población tras el desastre.

La Casa Real ha destacado que el propósito del viaje no era interferir en las labores de recuperación. Por ello, el itinerario oficial se confirmó apenas unas horas antes de su llegada. Este enfoque ha sido bien recibido, ya que refleja una intención de adaptarse a las necesidades locales.

A lo largo del día, Felipe y Letizia han conversado con voluntarios, afectados y representantes de diversas organizaciones.

Cada historia personal que escucharon sirvió para subrayar la gravedad de la situación y la necesidad de apoyo continuo.

La lucha de Felipe y Letizia contra la DANA

Han pasado 20 días desde que la DANA azotó Valencia con una fuerza devastadora. Las cifras son impactantes: 219 muertos, 13 desaparecidos y miles de personas desplazadas.

Aunque los esfuerzos de limpieza y rehabilitación avanzan, queda mucho por hacer para recuperar la normalidad.

Este contexto ha hecho que la presencia de los reyes sea especialmente significativa.

Su promesa de volver y acompañar a los damnificados se ha cumplido, ganándose el respeto y agradecimiento de muchos valencianos.

Letizia abraza a una niña que lleva una chaqueta rosa mientras otras personas observan.

La reina Letizia abraza a una niña en Valencia

Para los expertos en realeza, este viaje marca un hito en el reinado de Felipe VI. La capacidad de los monarcas para reconectar con una población inicialmente descontenta es un logro importante. También refuerza la imagen de Letizia como una reina cercana y comprometida.

Las lágrimas de Letizia durante su primera visita a Paiporta dieron la vuelta al mundo. Aquella reacción espontánea generó críticas y empatía a partes iguales. Hoy, su actitud serena y cálida demuestra cómo ha evolucionado su papel en la Corona.

Aunque la visita de los reyes ha sido bien recibida, la población sigue enfrentando enormes desafíos. Los valencianos esperan que las promesas de ayuda se traduzcan en soluciones concretas. La reconstrucción de hogares, infraestructuras y vidas sigue siendo una prioridad urgente.

En este contexto, el apoyo de la Corona puede ser un catalizador para acelerar las acciones gubernamentales. Los Reyes han dejado claro que su compromiso no es pasajero, sino una muestra de solidaridad sostenida.

Este regreso a Valencia demuestra cómo el tiempo y el esfuerzo pueden transformar el rechazo en afecto.