El emotivo y divertido inicio de 2025 en la Pascua Militar

La Pascua Militar de 2025 dejó momentos emotivos y divertidos, con la Princesa Leonor mostrando su complicidad familiar y un Rey Felipe VI visiblemente emocionado al hablar de su hija y su formación militar.

Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, abrieron oficialmente su agenda institucional de 2025 con la celebración de la tradicional Pascua Militar en el Palacio Real de Madrid.

Acompañados por la Princesa Leonor, que por segundo año consecutivo participó en este acto, la jornada estuvo llena de momentos significativos y, como siempre, una serie de anécdotas que captaron la atención de todos los presentes.

La Reina Letizia, con su elegante presencia, eligió un conjunto acorde con los tonos de la temporada, dejando a todos impresionados con su estilo. Sin embargo, no fue solo su atuendo lo que acaparó las miradas.

La Princesa Leonor, quien en solo unos días comenzará su formación en la Armada a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, fue una vez más el centro de atención.

Al llegar a la Plaza de la Armada, la joven heredera se detuvo para observar la suela de uno de sus zapatos, un gesto que fue notado por un equipo de la Casa Real que rápidamente se acercó para ayudarla.

Tras este breve incidente, Leonor retomó su lugar y continuó saludando a las autoridades con su habitual compostura.

Lo que también llamó la atención fue un pequeño desliz de la Princesa durante la interpretación del himno de España. En la plataforma, al sonar la primera nota de corneta que anuncia el himno, Leonor, por inercia, levantó su brazo en lo que parecía un saludo militar.

Este gesto, aunque rápidamente corregido, generó un simpático momento que no pasó desapercibido para los presentes.

Diana Rubio, experta en comunicación, destacó la simpatía del gesto, resaltando cómo la Princesa de Asturias, a pesar de su formación, aún es humana y puede cometer estos pequeños errores, lo cual humaniza aún más a la joven heredera.

Por otro lado, uno de los momentos más destacados de la jornada fue la demostración de complicidad y amor entre los Reyes Felipe y Letizia.

Antes de que el monarca comenzara su discurso, hubo una mirada cargada de ternura y admiración de Felipe hacia su esposa, la Reina Letizia.

Este gesto no pasó desapercibido para los observadores, que lo interpretaron como una muestra de la fortaleza y la unidad de la pareja real.

En palabras de la experta Diana Rubio, “Búscate a alguien que te mire como mira el Rey a la Reina”, una frase que resumía perfectamente la conexión visible entre ellos.

 

 

La complicidad familiar también se hizo evidente en la relación entre la Reina Letizia y su hija Leonor. A lo largo de la ceremonia, se pudo ver cómo madre e hija intercambiaban miradas y gestos de cariño.

Minutos antes del besamanos, la Princesa Leonor, visiblemente cariñosa, compartió un momento de confidencias con la Reina, un gesto que rememoró otros momentos anteriores en los que madre e hija han demostrado el cariño mutuo en público.

En especial, se recordó el día de la Jura de la Constitución de Leonor, cuando la joven heredera mostró una gran preocupación por su madre debido a su aparente malestar. La relación entre ambas, cargada de afecto, es uno de los pilares visibles en la familia real.

Sin embargo, fue durante el discurso del Rey Felipe cuando la jornada adquirió un tono especialmente emotivo. En sus palabras, el monarca dedicó un significativo homenaje a su hija Leonor, quien está a punto de embarcarse en su formación naval.

 

Con la voz quebrada por la emoción, Felipe VI hizo referencia a los próximos pasos de la Princesa de Asturias, que en solo unos días comenzará su primer crucero de instrucción a bordo del Juan Sebastián Elcano.

El Rey recordó cómo él mismo vivió esta experiencia hace 38 años, y cómo esa formación en el mar es un desafío constante que deja huellas imborrables en la vida de quienes la experimentan.

“Experiencia, querida Leonor, que muy seguramente quedará entre tus mejores recuerdos de formación militar”, expresó Felipe VI, con una clara alusión tanto a su propia experiencia como a la de su padre, el Rey Juan Carlos.

El monarca también aprovechó para transmitir a su hija la importancia de su aprendizaje y formación, haciendo especial hincapié en el valor del mar como un campo de aprendizaje continuo, donde no hay espacio para excusas.

“El mar es un permanente desafío”, indicó Felipe VI, subrayando la necesidad de aprovechar al máximo las enseñanzas que ofrece este tipo de formación.

El Rey no dejó de recordar que este tipo de experiencias, aunque duras, son esenciales para el desarrollo personal y profesional, y por ello, a pesar de lo exigente que es la vida en la Armada, es un proceso que marcará para siempre a Leonor.

 

 

 

 

A lo largo de su discurso, Felipe VI también dedicó palabras de admiración y gratitud hacia todos los miembros de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado, destacando su valentía y su incansable labor durante el último año, especialmente en situaciones de emergencia, como la devastadora DANA en la Comunidad Valenciana.

El Rey de España también recordó la labor de los militares españoles en misiones internacionales, haciendo hincapié en su contribución a la estabilidad y seguridad global, sobre todo en un contexto geopolítico tan complejo y cambiante como el actual.

Con una mirada puesta en el futuro, Felipe VI también reflexionó sobre los desafíos que las Fuerzas Armadas deberán afrontar en los próximos años, destacando la importancia de seguir avanzando hacia la excelencia, adaptándose a los nuevos entornos de conflicto, como el ciberespacio o la guerra híbrida, y afrontando los retos que surgen en un mundo globalizado.

El día concluyó con un momento cargado de emoción familiar, ya que los Reyes Felipe y Letizia se preparan para despedir a su hija mayor, quien se embarcará en su nuevo viaje de formación militar.

El próximo 11 de enero, los monarcas viajarán a Cádiz para acompañar a Leonor antes de que inicie su travesía en el buque escuela.

A pesar de los inevitables sentimientos encontrados de los padres ante la partida de su hija, la jornada estuvo marcada por el profundo amor familiar, la unidad de la Corona y la determinación de seguir adelante con el legado real, que ahora pasa a ser también el de la Princesa Leonor.